Postales alucinadas
Fernando Noy
Hay notas musicales que conmueven y luz que destella en ciertos versos. En este caso, el viaje es con Fernando Noy, el amigo de Alejandra, de Olga y Batato; el amigo de Marosa, Adélia y Amelia, pero también de Rumi y de su poesía atenta a lo sagrado, a las insinuaciones y a la desmesura: a todas las formas de la libertad. El poeta que espera a los colibríes volar, el que sabe de los fantasmas y la traición tanto como que “la infancia nunca ha de morir”; que el tiempo es “el único Dios que nos queda”, mientras borda una carta evocando esa “espalda espumosa / de tiburona en éxtasis” de su tía Elsa, uno de los momentos más bellos del libro. Noy juega a la libertad, navega aguas y ensueños. El lenguaje deviene, para él, fuego sagrado. La poesía, una liana y don –más que castigo– porque más de una vez lo salvó.”Qué locura decir que soy loco // siempre insisten con eso / porque no pueden ver / esta calma lucidez / ante cualquier / embate”, escribe en estas Postales Alucinadas, prestándose al “susurro telepático” del que aprendió a dejarse ir tanto como a simplificar (...)
Agustina Rabaini (fragmento de contratapa)
ISBN: 978-987-8374-31-4
Formato cerrado: 14 x 21 cm
Cantidad de páginas: 54
Papel de tapa: Rives Arena Rough White 300g
Impresión de tapa: digital
Papel de interiores: Ahuesado 90g
Impresión de interiores: digital
Impresión con solapa: No
Encuadernación: PUR
Tirada: 100 ejemplares